Documental filmado en 24 países que narra, en términos eminentemente visuales, aurales y musicales, la evolución de la Tierra y de la Humanidad, al mismo tiempo que señala las formas en que el ser humano se ha relacionado con su medio ambiente. La aparente fragilidad de la vida humana es contrastada con la grandeza de sus obras, al mismo tiempo que se subraya la desigual relación entre hombre y naturaleza. En medio de estos contrastes, la espiritualidad de la humanidad surge como el elemento más importante que la distingue de otras especies.
REFERENCIA
El cineasta estadounidense Ron Fricke sería reconocido primero como director de fotografía tanto en sus cortometrajes (Cronos, 1985 y Sacred Site, 1976), como en el largometraje Koyaanisqatsi (1982) dirigido por Geodfrey Reggio. Alcanzaría notoriedad con su primer film Baraka (1992), un film que habla de muchos temas inherentes al ser humano y su relación con la religión o la naturaleza sin recurrir al diálogo y con una línea argumental fragmentada.
De esta manera, el largometraje se inserta en una tendencia distinta del documental tradicional, cuyas obras importantes incluyen a la ya mencionada Koyaanisqatsi y Powaqqatsi (1988), también de Reggio, además de Microcosmos (1996), de los franceses Claude Nuridsany y Marie Pérennou. Todas estas cintas concentran su poder narrativo en una mezcla, aparentemente casual, de imágenes, música y sonidos naturales o artificiales. Asimismo, comparten una visión propia de los umbrales de un nuevo siglo: la reflexión sobre las complejas relaciones que los seres humanos hemos establecido con la naturaleza y con los medios ambientes que hemos creado.
El título de "Baraka" proviene de la palabra de origen Sufi -una comunidad religiosa islámica- que significa "aliento de vida".
(Fuente: https://es.wikipedia.org)
Producción: Mark Magidson -
Fotografía: Ron Fricke.
Montaje: Ron Fricke, David Aubrey, Mark Magidson.
Música: Lisa Gerrard, Brendan Perry, Michael Stearns, Inkuyo.