SINOPSIS
El argumento es el registro de un año en la vida de David, un joven de 25 años que es obligado por su padre a construir una casa en un pequeño balneario cerca del océano y se encomienda a la tarea durante un año plagado de dificultades con los obreros encargados de dirigir la obra, ex novias infieles, hippies desorientados y personajes inclasificables.
REFERENCIA

Con paisajes uruguayos y un mensaje sobre la juventud de fondo, Manuel Nieto se lanzó como director con su primer largometraje: La perrera (2006).

La cinta expone la problemática situación de David, un joven de 25 años que no sólo ha fracasado en sus estudios, sino que depende económicamente de su padre y no tiene ningún tipo de proyecto, afición ni pasión. A modo de motivación, su padre lo obliga a construir una casa en un balneario que, en pleno invierno, parece una ciudad fantasma. Allí, los jóvenes pasan el tiempo bebiendo y fumando marihuana mientras sueñan con mujeres prácticamente inexistentes. A medida que se desarrolla la historia, las consecuencias de una juventud sin esperanzas y hundida en lo inmediato resultan cada vez más evidentes y están reflejadas en David y su lucha para sobrevivir y construir la casa.

Además de haber sido exhibida en el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Indepentiende (BACIFI), La Perrera ha ganado un Tiger Award en el Festival de Cine de Rótterdam y fue presentada en competición en el Festival de Toulouse y en la sección "Work in progress" de San Sebastián.

A raíz de estas proyecciones internacionales, en una entrevista realizada por Página/12, el director de la película destacó que, según pudo apreciar, lo que más llamó la atención de los espectadores europeos fue la dependencia económica del protagonista. “Ése fue uno de los aspectos más exóticos para el público de Europa. Acá no es raro que alguien viva de sus padres a los 25 años y, en ese sentido, creo que muchos se van a identificar aquí con el hecho de fumar porro y no hacer nada”, comentó.

La cinta fue filmada en 16 milímetros y dividida en tres fases a lo largo de un año para poder mostrar de forma real el paso del tiempo en la construcción real de una casa.

Según ha manifestado Manuel Nieto, quizás los espectadores no encuentren el típico final feliz al término del largometraje “pero en el transcurso del tiempo, o de la vida, esos momentos llegan”.