SINOPSIS
La joven bandoneonista Marina Gayotto, que se gana la vida tocando en colectivos y trenes subterráneos, acude a una audición convocada por Rodolfo Mederos para formar su nueva orquesta típica. Pero el trajinado bandoneón de la muchacha está deteriorado y el propio Mederos le sugiere la necesidad de conseguir un instrumento que esté a la altura del compromiso. Marina, entonces, sale a la impetuosa búsqueda de un mítico Doble A, el Stradivarius de los bandoneones. Su búsqueda se convierte en una travesía a través de antiguas lutherías, de los bailes de la ciudad, de los "maestros" de tango y, sobre todo, de las viejas glorias del bandoneón.
REFERENCIA
Tras una exitosa carrera como documentalista, Alejandro Saderman realiza en 1993 para su compañía ASP su primer largometraje, Golpes a mi puerta, una coproducción entre Venezuela, Cuba, Argentina y Channel Four, que obtiene numerosos premios en Venezuela y en el extranjero, siendo finalista en el premio Goya y fue la representante de Venezuela en los premios Oscar. El film es una adaptación de la obra teatral de Juan Carlos Gené, y es el drama que se desencadena cuando dos monjas se enfrentan con el poder político.

En 1998 produce y dirige 100 años de perdón, que igualmente obtiene premios nacionales y en el extranjero. Su argumento recrea, en tono de comedia, la corrupción bancaria que afectó al país durante la primera mitad de los noventa.

Ambas películas tuvieron distribución comercial en varios territorios así como también han sido difundidas a través de varias cadenas televisivas.

El último bandoneón (2006) es su tercer largometraje, una coprodución argentino-venezolana, recorrido musical que tiene como protagonista al bandoneón y a sus más destacados ejecutores.

A la historia acerca de la búsqueda emprendida por Marina Gayotto del mítico Doble A, se agregan las de los luthiers, con el deseo de que su arte no desaparezca; el japonés, en su afán de experto en instrumentos; los personajes de la milonga y el deseo subyacente que los empuja. "Estas búsquedas -señala Saderman- son un pretexto para mostrar el universo del tango. Muchas de éstas son subtramas que se fueron dando durante el rodaje, que se construye sobre las realidades de los personajes".

Y así surge una breve y apasionada historia social, cultural y, también, técnica del tango, con una pátina que hace recordar a Buena Vista Social Club y, en cierto sentido, a la novela de Tomás Eloy Martínez, "El Cantor de Tango". Saderman explica: "Al igual que con Rodolfo (Mederos), con Tomás me une una vieja amistad. Y nos contábamos en forma paralela nuestros proyectos, hasta que un día recibí un mensaje de él donde me decía: 'Bueno, basta, vamos a terminar mezclando tu guión con mi novela'. Con Rodolfo, en cambio, sí nos necesitábamos para llevar adelante esto, porque la coyuntura actual del tango hoy es muy importante".

Desde que plasmó la idea hasta la edición final pasaron cuatro años de trabajo. "El rodaje era a toma única porque trabajábamos con la realidad, les planteaba lo esencial de la escena, simplemente, y todo se realizó con dos cámaras".

Finaliza el realizador: "Fueron 25 días de rodaje y, al finalizar, tenía 120 horas de material, cuando lo normal es tener 15, 20 horas. Se debe, también, a los diversos niveles narrativos: están la anécdota, el proceso de la formación de la orquesta de Mederos, la milonga, los luthiers. Lo delicado fue ensamblar cada uno de esos elementos y que no se percibiera una separación entre lo que es ficción y realidad. Con todo lo que sobró me gustaría hacer una miniserie para televisión, porque quedaron muchas imágenes, entrevistas a luthiers y otras sobre el mundo de las muchas milongas que existen”.

(Declaraciones tomadas de www.letstango.com.ar)