DIRECTOR

Charles Chaplin

Extenuado por el frenético ritmo de la cadena de montaje, un obrero metalúrgico acaba perdiendo la razón. Después de recuperarse en un hospital, sale y es encarcelado por participar en una manifestación en la que se encontraba por casualidad. En la cárcel, también sin pretenderlo, ayuda a controlar un motín, gracias a lo cual queda en libertad. Una vez fuera, despliega su ingenio humanitario para sobrevivir en medio de la gran depresión de los años treinta, en compañía de una joven huérfana a la que conoce en la calle.

Tras el éxito de Luces de la ciudad (City Lights, 2931), elogiada por su mezcla de comedia y sentimentalismo, película que lo mantuvo durante 15 meses viajando por varias ciudades del mundo, Charles Chaplin emprende la realización de Tiempos modernos (Modern Times, 1936), cuyos preparativos se iniciaron a finales de 1932 y su rodaje comenzó concretamente en octubre de 1934. La película es, como la anterior, una mezcla de cine mudo y sonoro, y donde el vagabudo Charlot se ve atrapado en el mundo industrializado de una fábrica. Por primera vez se le oye la voz al personaje interpretando una canción, aunque la letra es ininteligible. Chaplin no solo habla de la producción en serie sino también de la diferencia de clases. El film está lleno de detalles y son varias las escenas memorables como cuando Charlot ingenuamente recoge una bandera en medio de una manifestación y termina siendo quien encabeza la marcha; o cuando el protagonista queda atrapado en los engranajes de una máquina; o cuando, al final, Charlot y Paulette Goddard se encaminan por una carretera, dándole la espalda a esa realidad que los excluye.

Crítica: "La sensibilidad política de Chaplin y su inimitable creatividad cómica encajan más perfectamente en esta película que en cualquier otra que haya hecho jamás". Abel Green: Variety.