SINOPSIS
El conflicto estalla entre tres hermanos cuando su madre, albacea de la excepcional colección de arte del siglo XIX que perteneció a su tío, muere repentinamente. Sin embargo, no tendrán más remedio que limar asperezas y llegar a un acuerdo. Adrienne es en Nueva York una diseñadora de éxito, Frédéric es economista y profesor universitario en París, y Jérémie, un dinámico hombre de negocios asentado en China. Esta situación representa para ellos el fin de la niñez y de los recuerdos compartidos.
REFERENCIA

Actualmente el francés Olivier Assayas (Neully Sur Seine, 1965) ha tenido una resonancia internacional debido a la atención indiscutible que ha recibido la serie para televisión “Carlos” –y su posterior edición como película para salas de cine-, estrenada con bombos y platillos en el Festival de Cannes de 2010, y por cuya interpretación ha sido enormemente aclamado el actor venezolano Edgar Ramírez.

Pero pocos parecen reparar en el hecho de que Assayas es uno de los directores más estimados del cine francés, con obras como Irma Vep (1996), Fin août, début septembre (1998) o Los destinos sentimentales (Les destinées sentimentales, 2000), incluso, una cinta menor como Clean (2004), que no obstante le valió a Maggie Cheung (In the Mood for Love) el premio de interpretación femenina en el Festival de Cannes.

Antes de “Carlos”, Assayas fue nuevamente aclamado por Las horas del verano (L’heure d’été, 2008), dama protagonizado por Juliette Binoche (teñida de rubio), Charles Berling y Jérémie Rénier, que retrata la disgregación de una familia tras la muerte de la matriarca, simbolizada por la disputa por la permanencia de la casa campestre que ha servido como punto de unión. Se trata de un filme en el que el director reflexiona sobre la dicotomía entre la necesidad de tener raíces y echar el vuelo así como lo efímero de la felicidad.

Sobre el rasgo autobiográfico que pudiera exhibir el film, Assayas responde: “No diría que es una película autobiográfica pero sí surge de la melancolía que me produjo la muerte de mi madre, por lo que sí hay una dimensión personal. De todos modos, la familia protagonista no se parece a la mía. Además, hay que tener en cuenta que los actores aportan su propia experiencia, también es personal para ellos”.

Sobre lo que representa el paso del tiempo para los personajes, el director afirma que: “Trato de captar la nostalgia que produce su fugacidad. A lo largo de los años todos vamos acumulando un sentimiento de pérdida. Al mismo tiempo, estamos constreñidos a vivir pensando en el futuro, y esa tensión entre lo que dejamos atrás y lo que vendrá es lo que trato de reflejar. De esta manera, el personaje de Frédéric (Charles Belring) representa ese apego al pasado mientras sus hermanos, Adrienne (Juliette Binoche) y Jérémie (Jérémie Rénier) simbolizan esa necesidad de mirar adelante sin ataduras”. (Declaraciones de Olivier Assayas tomadas de: www.elcultural.es)