SINOPSIS
Narra la historia musical del compositor venezolano de origen dominicano Billo Frómeta, y de su orquesta Billo's Caracas Boys. La historia comienza y se desarrolla en la Caracas del presente. La actriz y cantante Caridad Canelón entra a un estudio de grabación y enciende una radio donde comienza a oírse un programa: es la voz de Manolo Monterrey cantando "Swing con Son". Allí comienza el viaje en donde desfilarán un sinnúmero de personajes, anécdotas, recuerdos, alegrías y miserias de más de medio siglo de música, vivencias, temores y esperanzas. Se encuentra, además, el retrato de una Caracas olvidada que sigue esperando ser reconocida y rescatada.
REFERENCIA

Rafael Marziano Tinoco (Caracas, 1956) es arquitecto egresado de la Universidad Simón Bolívar. Estudió cine en el Higher State School of Teather, Film And Television en Polonia, graduado con honores en 1990. También se desempeña como profesor de cine en la Escuela de Artes de la Universidad Central de Venezuela.

Después de realizar varios cortometrajes, rueda su primer largometraje documental, El camino de las hormigas (1993), un retrato audiovisual de la ciudad de Caracas desde sus diversos espacios, en el que se entremezclan lo nuevo y lo viejo, el contraste entre lo moderno de una ciudad cosmopolita y sus barriadas; entre naturaleza y civilización; los seres que se mueven en ese caos citadino… El film fue premiado en el Festival Internacional de Cine de Filadelfia.

En 2009 estrena su segundo largometraje, Swing con son, en donde relata la vida y la obra de Luis María Frómeta Pereyra, mejor conocido como Billo, talentoso músico oriundo de Santo Domingo, República Dominicana, fundador de la famosa orquesta de la Caracas tradicional: la Billo’s Caracas Boys. Es una obra que hace un recorrido por 62 piezas musicales recreando la genialidad de este brillante compositor, arreglista y director de orquesta venezolano.

La idea de hacer Swing con Son nace del deseo de dos grandes músicos venezolanos: José Alberto Naranjo y Guillermo Federico Vegas, mejor conocido como Federico Pacanins, quienes contactaron a Marziano Tinoco con el fin de reivindicar la genialidad musical de Billo haciendo en su honor una película. Comenta el director que, "Pacanins y Naranjo hicieron en 1995 un disco con arreglos modernos de varias canciones de Billo y entre ésas estaba una canción llamada ‘Swing con son’, interpretada por Manolo Monterrey y cuya primera versión salió en 1942. Esta pieza es emblemática porque fue la primera vez que Billo fusionó el swing del jazz con el son cubano. De hecho, la película empieza con la versión del 42 y los créditos finales tienen la versión de ellos".

La intención fue crear una historia en la que el hilo narrativo fuese marcado por la música, fue por eso que debieron escoger de entre más de 120 canciones grabadas por Billo, en aproximadamente 100 discos, las más representativas y acordes al objetivo. En ese sentido, Marziano explicó que se seleccionaron 62 piezas cuya importancia y significado ayudaron a construir un mosaico histórico en el que no sólo se habla de Billo, sino también del contexto: 50 años de historia venezolana, la evolución de una ciudad y el retrato de una idiosincrasia nacional.

"Billo trajo la música popular a las clases altas. En Venezuela las fiestas de la alta sociedad eran en el club Venezuela y se bailaba polka, fox trots y vals, pero nunca merengue, porque eso era de negros o de indios. Pero Billo logró que los blancos bailaran como negros y eso lo consiguió gracias a la radio". Y continúa: "Hoy en día, pese a que los gustos de las clases altas han cambiado, te garantizo que en todo matrimonio todavía hay un set de Billo y si vas a cualquier ciudad del interior del país o a cualquier barrio, escuchas música de Billo. Prende una radio popular y es seguro que lo escuchas. Nada más en 2005 contabilizamos 30 programas radiales dedicados exclusivamente a su música y sólo en Caracas hay entre cinco y seis (...) Billo habló de nosotros y por eso su música sigue vigente".

La fusión de las piezas musicales en la película fue una ardua labor en la que se volcaron miles de horas de sesudo trabajo analítico. Hasta tuvo que construirse un estudio en la casa de Marziano, para llevar las grabaciones al sonido actual de los cines. No obstante, el director recibió el asesoramiento de Pacanins, Naranjo, Marluy Escalona Román y Jesús Pérez Lares, músico, productor y conductor de un programa radial dedicado a Billo llamado "Guarachando", pudiendo obtener así un mejor y más profundo análisis de dicha selección. Al respecto expresa: "Una de las dificultades más interesantes fue el llegar a un concepto sonoro de la película, porque no era sólo tener las piezas, sino compaginar canciones de épocas distintas, grabadas en formatos diferentes y en diferentes calidades. Así, teníamos sonoridades de los años 20, por ejemplo y otras grabadas en estudio, por lo que tuvimos que construir un estudio sólo para hacer la película. La postproducción de sonido duró más de un año".

Swing con Son inicia su rodaje en abril de 2002 y a partir de allí, arrastró a su director a pasar tres años consecutivos persiguiendo literalmente a la orquesta de Billo. Y, a pesar de haber estudiado música y de ser cineasta, nunca antes había realizado un musical cinematográfico. Por eso de un momento a otro se vio implicado de lleno estudiando las partituras, planificando lo que iba a contar y en qué nota debía entrar para mostrar una nueva escena.

"La música de Billo es fácil oír y parece sencilla, pero cuando entras en ella, te das cuenta de que es descomunal, sus arreglos son increíbles y magistrales y hay un gran concepto artístico. Además se apreciaba por lograr que músicos no muy experimentados tocaran sus piezas y por fusionar la música clásica con diferentes ritmos caribeños; por ejemplo, hay una canción de él que se llama ‘El muerto de las gradillas’, que empieza con La Danza Macabra de Camile Saint Seans, pero en lugar de usar xilófonos, le pone saxofones y lo mezcla con guaracha".

En los primeros minutos de Swing con son hay un documental sobre la vida de Billo. "Es todo lo que puede decirse objetivamente", dice Marziano Tinoco, y aclara que se trata en realidad de una "película de vivencias". Una película que suena a radio de los años veinte a los cincuenta y donde "El color de las transmisiones de esa época era muy particular porque en todas las emisoras los equipos eran de tubos al vacío", comenta el director; y continúa, "El sonido 5.1 tiene cinco fuentes y los diálogos van en el centro. Pero muchas piezas de Billo son en estéreo y algunas en High Fidelity, que es un estéreo simulado en el que la voz y un reflejo de la orquesta van por la derecha y la instrumentación por la izquierda. Entonces hubo que hacer un truco: aislar aun más la voz de Pirela, colocarlo en el centro, duplicar la orquesta, pasarla al otro lado y rebotarla hacia atrás. Cuando vean la película se darán cuenta de que Felipe Pirela suena 5.1, entre toda la orquesta.

Fuentes:
http://www.entornointeligente.com
http://www.cnac.gob.ve/beta/contentEsp.php?s=Ag&id=244
http://blogexpresion.blogspot.com/
http://www.latamcinema.com/noticia.php?id=1284
http://justkillingsometime.wordpress.com/category/arte-espectaculos/cine/