Venecia.- Venecia es siempre el arranque de la temporada de cine. Una temporada intensa y larga que comienza en septiembre y que viene, en esta ocasión, precedida de un esplendoroso verano para la taquilla mundial, gracias a Barbie y Oppenheimer, a Megalodón y, aquí en España, a Campeonex. Con esa euforia de que los espectadores hayan ido a las salas arranca el mes, con nuevos estrenos, pero también con la incertidumbre de la huelga de intérpretes y de guionistas que lleva ya meses. Los rodajes, salvo excepciones, siguen paralizados, no hay promoción de las estrellas y las televisiones alargan sus estrenos.

La huelga será la que marque el Festival de Venecia, que ha apostado en sus últimos años por las estrellas. Si hubiera una medición de los festivales que buscan el titular fácil o el hastag, si prefieren, Venecia sería el primero en la lista. Su entente cordial con Netflix, mientras la plataforma y Cannes siguen sin hablarse, le ha brindado en los últimos años tener películas mediáticas y la cercanía de fechas ha hecho que muchas carreras de premios comiencen en la Mostra. Se temía lo peor en esta edición, pero salvo Warner y Amazon que han dado la espantada con Challenges, la película de Guadagnino y Zendaya, todo se ha mantenido en su sitio.

Habrá mucho cine americano y mucho Netflix. Eso sí, sin actores, serán los creadores, los directores de fotografía, diseñadores de vestuario y productores quienes expliquen las películas. Esto puede tener dos lecturas, una positiva y una negativa. Hay quien piensa que sin estrellas no se llegará al público, ni habrá foco mediático. Sin embargo, podría pasar que las películas hablen por sí solas. No debería ser tan raro. Aun así veremos a algunos que han obtenido el permiso de su sindicato para acercarse al Lido. Por ejemplo, Jessica Chastain, Adam Driver, Mads Mikkelsen, Caleb Landry Jones y Cailee Spaeny y Jacob Elordi.

En cualquier caso, el peso de la promoción recae en los directores. David Fincher presentará The Killer, un thriller sobre un asesino sin moral metido en las cloacas de la geopolítica mundial. El griego Yorgos Lanthimos vuelve a rodar en inglés, después del éxito de La favorita, y con Emma Stone en Pobres criaturas, una especie de frankenstein feminista sobre la libertad sexual de las mujeres. Michael Mann también regresa con Ferrari, 'biopic' del magnate italiano de los coches, un personaje con el que ha estado obsesionado durante mucho tiempo. Bradley Cooper, en su condición de actor y director, no parece que vaya a aparecer por El Lido con Maestro, ese esperado 'biopic' del compositor Leonard Bernstein. Sí estará todo el cast de El conde, nueva película del chileno Pablo Larraín, una de las primeras en llegar a la plataforma, pues se estrenará el 15 de septiembre. El cineasta ha convertido a Pinochet en un vampiro en una cinta que veremos a pocos días del aniversario del golpe de estado que derrocó al gobierno legítimo de Allende. Otro director latino que vuelve es Michel Franco. El mexicano ha rodado en inglés junto a Jessica Chastain en Memory.

Sofía Coppola, ganadora del León de Oro con Somewhere, vuelve a la competición con Priscilla, un 'biopic' de la pareja de Elvis. Una historia en clave feminista que viene a completar la lectura de Baz Luhrmann del mito americano. Otra directora estadounidense, Ava Duvernay, la primera mujer afroamericana que compite en el certamen, revisita la historia de su país, en este caso en Origin, adaptación de un ensayo sobre el racismo y clasismo que ganó el Pulitzer y que firma Isabel Wilkerson. Son dos de las cinco mujeres en competición, frente a quince hombres. Cifras muy alejadas de la paridad, como suele ocurrir en el festival que dirige Barberá.

Ahora que el caso Rubiales ha vuelto a poner el tema del consentimiento y la violencia contra las mujeres en el centro del debate, tendremos fuera de competición dos figuras controvertidas después del Me Too. Woody Allen estrena Golpe de suerte, película rodada en París, solo Europa financia al neoyorquino, y Roman Polanski presenta The Palace, una sátira sobre un grupo de ricachones en un hotel de lujo en la Nochevieja del temido Efecto 2000. El caso de Woody Allen fue cerrado por la justicia en su momento, cuando su ex pareja, Mia Farrow, y su hija adoptiva, Dylan Farrow, acusaron al realizador de abusar de la menor. Con el surgimiento del Me too, ha vuelto la sombra que pesa sobre Allen. El caso de Polanski es diferente. El director fue condenado en Estados Unidos por violar y drogar a una menor. Estuvo detenido, se declaró culpable, como había acordado con la Fiscalía, pero después, ante el incumplimiento de ese acuerdo, según el director, huyó a Francia. Reclamado por la justicia americana, apenas sale del país galo. Con el Me Too hubo nuevas acusaciones de otras mujeres contra él. Hay un tercero en discordia, Luc Besson. El director francés ha sido declarado inocente en el juicio que le acusaba de violación.

El cine italiano tiene siempre un espacio en el certamen. Abre la competición, después de la espantada de Guadagnino, Edoardo De Angelis con Comandante, protagonizada por Pierfrancesco Savino. Solima, Castellito (hijo), Diritti, Constanzo, tras el éxito de La amiga estupenda, presentan nuevas películas, igual que Matteo Garrone. Io Capitano es una historia sobre la cuestión clave que ahora mismo marca al país alpino gobernado por la extrema derecha de Meloni: la inmigración. Sobre ese tema hablará también la veterana Agnieszka Holland en Green Border. Polonia, igual que Italia, es otro país que canaliza a través de su cine ese odio vertido por algunos políticos. De ahí que otra directora polaca, Małgorzata Szumowska, hable de una mujer trans en Kobieta Z, una historia que compara la lucha de los polacos contra Rusia y la actualidad. Atención también a dos nombres franceses, Bertrand Bonello, con una mirada siempre diferente, presenta La Bête, adaptación libre de Henry James, y Luc Besson con Dogman. Otro francés en competición es Stephan Brizé, que deja a un lado el cine social para reflejar el reencuentro de una ex pareja formada por Guillaume Canet y Alba Rohrwacher.

No hay espacio para el documental esta vez en sección oficial, a pesar de que el año pasado triunfara Laura Poitras con La belleza y el dolor. Tampoco para la animación que estará en San Sebastián. Y a priori no parece que el cine experimental se haya colado en la sección oficial, a la espera de ver qué ha hecho el japonés Ryûsuke Hamaguchi después de ganar el Oscar con Drive My Car, o el único director debutante de todo el concurso, el alemán Timm Kröller. Junto a ellos el danés Nikolaj Arcel con otra historia de época con Mads Mikkelsen. Y la belga Fien Troch, que tras presentar su primera película en Horizontes, pasa a la sección oficial con Holly.

Así será una sección oficial que tendrá que escrutar un jurado compuesto por grandes directores como Damien Chazelle, director de Babylon y La La Land, que será el presidente. También Jane Campion, la francesa Mia Hansen-Love, la ganadora del pasado León de Oro Laura Poitras, el irlandés Martin McDonagh, Saleh Bakri, Gabriele Mainetti, el argentino Santiago Mitre y Shu Q.

El cine español no podrá competir este año por el León de Oro, pero sí está en sección oficial. Netflix clausura el certamen con el filme La sociedad de la nieve de Jota Bayona que recrea la tragedia de los Andes. Ese accidente de avión en la coordillera de los Andes y cómo un grupo de jóvenes sobrevivieron. Un relato que el cine americano ya contó en Viven y que ahora Bayona recrea en una película que ha contado con el beneplácito de los supervivientes. Además, veremos a dos directores noveles. Por un lado, Marina Alberti, nieta del poeta Rafael Alberti y de la escritora María Teresa León. En su corto Aitana dialoga con su madre sobre la memoria personal y la desmemoria de un país. También algo de memoria histórica encontraremos en la inclasificable y original propuesta de Víctor Iriarte en Sobre todo la noche, una película de detectives, de mujeres que se ayudan y de maternidades atravesadas por la violencia. Lola Dueñas y Ana Torrent acompañarán al director que compite en la Giornate degli Autori.